El Hospital Juana Ross de Peñablanca llevó a cabo hoy una solemne jornada de reconocimiento enmarcada en el programa de Incentivo al Retiro Voluntario correspondiente al año 2025, instancia destinada a despedir y agradecer a quienes culminan su trayectoria laboral en la institución.

Este año, el homenaje estuvo dirigido a 8 funcionarios y funcionarias que cierran una etapa marcada por la entrega, el compromiso y la vocación de servicio hacia los usuarios, sus familias y toda la comunidad hospitalaria de Peñablanca. Durante la ceremonia, autoridades y colegas destacaron la dedicación de los profesionales que, con décadas de esfuerzo silencioso, contribuyeron al desarrollo del hospital y al fortalecimiento del sistema público de salud.

La actividad estuvo marcada por momentos de emoción, recuerdos compartidos y palabras de agradecimiento. Cada homenajeado recibió un reconocimiento simbólico como gesto de respeto y cariño por el legado construido a lo largo de sus años de servicio.

Gastón Letelier, Director del Hospital Juana Ross de Peñablanca, se refirió al importante legado que dejan los funcionarios que pasan a este nuevo plano, dejando historias, recuerdos y anécdotas difíciles de olvidar entre sus compañeros. “Siempre el reconocimiento es muy importante, sobre todo con quienes entregamos casi una vida entera al trabajo del servicio público, y principalmente en salud, donde nos dedicamos a cuidar a otros o a hacer que el establecimiento funcione para que se entreguen los cuidados adecuados para las personas. Este es un motivo de mucha alegría, el poder dar reconocimiento a quienes ya terminaron su vida laboral, que dejan de pertenecer a la comunidad activa del hospital, pero que seguirán siendo parte del hospital a través del recuerdo y a través de las enseñanzas y anécdotas que nos dejan. Hoy es el tiempo para que disfruten, que se reencuentren con ellos mismos, para que hagan todo aquello que dejaron o postergaron en algún momento a raíz de del trabajo, que hoy día busquen, disfruten y vivan”.

Emotiva despedida

Ricardo Tapia Villagrán es auxiliar de Servicios Generales y los últimos diez años de su vida laboral los dedicó a trabajar en el Hospital Juana Ross de Peñablanca. Aquí conoció el amor, amistades duraderas; aunque su mejor legado, ha sido el entregar todos sus conocimientos y enseñanzas a las nuevas generaciones que se incorporan al centro asistencial. “Lo más importante es el legado que tú dejas como persona, porque tú no solamente dejas lo que aprendes y lo guardas. Lo importante es que tú puedas entregarlo, porque los muchachos de hoy se quedan en que los manden y lo que realmente se necesita es que tengan iniciativa y disposición. Ese ejemplo he tratado de inculcarlo a las nuevas generaciones”.

Por su parte Miriam Cáceres Valenzuela, funcionaria administrativa del departamento de Contabilidad del Hospital, estuvo los últimos treinta años de su vida en el centro asistencial de Peñablanca en la comuna de Villa Alemana. “Llegué aquí con la intención de estar un tiempito, y me quedé mucho tiempo. Aquí crecieron mis hijos, y también fueron parte de mi trabajo, porque ellos venían al jardín infantil. Aquí me desarrollé profesionalmente, y siendo un poco busquilla, creé la Unidad de Patrimonio del Hospital. Desde ese lugar, me dediqué a buscar lo que encontré para que el hospital no desaparezca, para que siempre las personas vean que aquí hay mucha historia. Insisto, yo venía por un ratito y me quedé por mucho tiempo, porque las personas son buenas, son buenos compañeros”.

Finalmente, la emotiva ceremonia concluyó con un espacio de encuentro entre los asistentes, donde compañeros y compañeras de trabajo pudieron compartir recuerdos, abrazos y palabras de despedida, reafirmando el sentido de comunidad, un símbolo que caracteriza al Hospital Juana Ross de Peñablanca.